Prohibido comerciar el chicle en Singapur
En Singapur han prohibido la importación y comercialización del chicle.
De esta manera confirman el símbolo de imagen estricta y pulcra de esta ciudad.
"Mascar goma no ha sido un problema desde que entró en efecto la prohibición. Nos preocupa que levantarla provoque suciedad en los lugares públicos", dijo Maliki Osman, ministro de Desarrollo Nacional de Singapur.
De esta manera respondió a una de las preguntas que le hizo uno de los dos únicos diputados de la oposición en una cámara dominada por miembros del Partido de Acción Popular, que lleva gobernando Singapur desde que el territorio se separó de Malasia en 1965.
La autoridades de Singapur prohibieron el chicle hace más de 18 años por motivos de higiene. Argumentaban que se queda pegado a las puertas y asientos del metro y que resultaban muy difícil de limpiar.
En el año 2004 el Ministerio de Sanidad autorizó la comercialización del chicle "con receta y sólo en farmacias", pero sólo los de nicotina, para dejar de fumar, que es otra de las obsesiones que tiene el país con la ley antitabaco, que es la más restrictiva de toda Asia.
A partir de ahora, quien comercie con chicle en Singapur puede ser condenado a un máximo de dos años de cárcel y los que sean sorprendidos tirándolos a la vía pública se enfrentarán a cuantiosas multas.
De esta manera confirman el símbolo de imagen estricta y pulcra de esta ciudad.
"Mascar goma no ha sido un problema desde que entró en efecto la prohibición. Nos preocupa que levantarla provoque suciedad en los lugares públicos", dijo Maliki Osman, ministro de Desarrollo Nacional de Singapur.
De esta manera respondió a una de las preguntas que le hizo uno de los dos únicos diputados de la oposición en una cámara dominada por miembros del Partido de Acción Popular, que lleva gobernando Singapur desde que el territorio se separó de Malasia en 1965.
La autoridades de Singapur prohibieron el chicle hace más de 18 años por motivos de higiene. Argumentaban que se queda pegado a las puertas y asientos del metro y que resultaban muy difícil de limpiar.
En el año 2004 el Ministerio de Sanidad autorizó la comercialización del chicle "con receta y sólo en farmacias", pero sólo los de nicotina, para dejar de fumar, que es otra de las obsesiones que tiene el país con la ley antitabaco, que es la más restrictiva de toda Asia.
A partir de ahora, quien comercie con chicle en Singapur puede ser condenado a un máximo de dos años de cárcel y los que sean sorprendidos tirándolos a la vía pública se enfrentarán a cuantiosas multas.
0 comentarios:
Publicar un comentario