Unos militares se pelean por una Play Station
Han condenado a un militar profesional que agredió a su compañera de vivienda y trabajo por esconderle la videoconsola. Ella lo hizo porque temía que él se fuera sin pagar del piso que estaban compartiendo.
El fallo atribuye a este militar una falta de lesiones con el resultado de una multa de 270 euros, más otros 1.311 euros que debe de abonarle a la compañera como indemnización por las lesiones que le causó y que dejó incapacitada durante 25 días.
Todo ocurrió en noviembre de 2007, cuando el militar vivía en la misma vivienda con la agredida y una compañera más, éstas, le reclamaron una cantidad por el alquiler del piso y las dos imaginaron que no les iba a abonar nada, por lo que el 21 de noviembre decidieron retenerle la Play Station que era más o menos el valor de lo que tenía que pagarles.
El acusado, como es lógico, comenzó a preguntarles insistentemente por la videoconsola sin recibir ninguna respuesta. Todo esto lo hizo enfadarse mucho y fue cuando le dio a su compañera un empujón y empezó a golpearle violentamente la espalda contra la pared, hasta que la joven cayó al suelo, donde siguió el ataque, propinandole numerosas patadas en los costados.
La otra compañera, al escuchar todo el escándalo fue hacia el pasillo que era donde se estaba produciendo la agresión y cogió del cuello al militar para que dejara de golpear a la chica, que sufrió policontusiones, esguince de hombro y contractura muscular.
El acusado también resultó contusionado, lo que le hizo recurrir a la Audiencia Provincial sin ningún éxito, donde fue acusado por una falta de lesiones y le absolvió de otra de amenazas a su compañera, a la que denunció a su vez por estos hechos.
El fallo atribuye a este militar una falta de lesiones con el resultado de una multa de 270 euros, más otros 1.311 euros que debe de abonarle a la compañera como indemnización por las lesiones que le causó y que dejó incapacitada durante 25 días.
Todo ocurrió en noviembre de 2007, cuando el militar vivía en la misma vivienda con la agredida y una compañera más, éstas, le reclamaron una cantidad por el alquiler del piso y las dos imaginaron que no les iba a abonar nada, por lo que el 21 de noviembre decidieron retenerle la Play Station que era más o menos el valor de lo que tenía que pagarles.
El acusado, como es lógico, comenzó a preguntarles insistentemente por la videoconsola sin recibir ninguna respuesta. Todo esto lo hizo enfadarse mucho y fue cuando le dio a su compañera un empujón y empezó a golpearle violentamente la espalda contra la pared, hasta que la joven cayó al suelo, donde siguió el ataque, propinandole numerosas patadas en los costados.
La otra compañera, al escuchar todo el escándalo fue hacia el pasillo que era donde se estaba produciendo la agresión y cogió del cuello al militar para que dejara de golpear a la chica, que sufrió policontusiones, esguince de hombro y contractura muscular.
El acusado también resultó contusionado, lo que le hizo recurrir a la Audiencia Provincial sin ningún éxito, donde fue acusado por una falta de lesiones y le absolvió de otra de amenazas a su compañera, a la que denunció a su vez por estos hechos.
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