Comienza el polémico y esperado juicio de Josef Fritzl
Josef Fritzl tendrá que responder ante la Justicia a partir del próximo lunes por los 8.642 días de martirio a los que sometió a su hija, a la que encerró en un sótano y violó innumerables veces, en un proceso que ha generado un terremoto mediático en Austria.
El caso de encierro e incesto destapado en abril del pasado año llega ahora a un tribunal de la pequeña ciudad de Sankt Pölten que tendrá que decidir si Fritzl es culpable de delitos como asesinato, violación y esclavitud.
El acusado se enfrenta a una pena de cadena perpetua. Las autoridades austríacas han restringido el acceso de la prensa a la sala a dos únicos momentos: la lectura del pliego de acusación, el lunes, y para la lectura del veredicto, al viernes siguiente.
La radio pública austríaca ORF ya conjetura que algunos medios, ávidos de detalles escabrosos sobre el caso, intenten sobornar a funcionarios o policías. De momento, la vigilancia sobre los ocho miembros del jurado será total para evitar que tengan ningún contacto con la prensa.
Las medidas de seguridad son tales que 100 agentes, frente a 95 periodistas admitidos en la sala, vigilarán el desarrollo del proceso. Los accesos a los juzgados han sido cortados e incluso se ha decretado el cierre del espacio aéreo en un radio de un kilómetro y hasta una altura de 1.800 metros sobre Sankt Pölten.
La avalancha de reporteros extranjeros es tal que las 409 plazas que ofertan los hoteles de tres y cuatro estrellas de la localidad están ya reservadas. Incluso se ha instalado un nuevo repetidor de telefonía móvil para que la red no se sature.
Mientras la prensa espera fuera, en la sala principal de la Audiencia Provincial de Sankt Pölten el jurado escuchará el testimonio grabado en vídeo de la principal víctima de Fritzl, su hija Elisabeth.
En grabaciones que suman 11 horas de declaración, la mujer, que hoy tiene 42 años, contará cómo su padre la encerró en un sótano a la edad de 18 años, cómo la mantuvo un tiempo encadenada, cómo la violó sistemáticamente y cómo dio a luz sola a siete hijos, uno de los cuales falleció tras el parto.
Elisabeth relatará cómo fueron los 24 años que pasó encerrada en un zulo de 60 metros cuadrados, sin luz ni ventilación natural, donde crió a tres hijos que no conocieron otra cosa que ese sótano hasta que fueron liberados el pasado abril.
Los otros tres niños, los más débiles y ruidosos, fueron llevados sucesivamente por su padre-abuelo a vivir a la superficie con él y su esposa, tras inventar Fritzl la historia de que los pequeños habían sido abandonados frente a la casa por Elisabeth, tras fugarse de casa.
Elisabeth y una de sus hijas ya fueron localizadas y fotografiadas hace un mes por un 'paparazzi' del diario The Sun, pese a que la familia ha cambiado de nombre y se ha mudado a vivir a otra región del país.
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